Este es un juego muy divertido de origen alemán, para 3 a 6 jugadores.
Los
ratones son 2-5 tapitas de plástico de refresco con una perforación
para que se les pueda atar a cada una, una cuerdita (bastante
resistente a la fuerza) de aproximadamente 30 cm, no muy fina ni muy
áspera para que no corte la piel de los dedos de los chicos. También
pueden utilizarse otros objetos como ratones.
Se dibujan unas caras de ratones simpáticas sobre unas etiquetas y se
les pega a las tapitas o se decoran a gusto. Cada jugador tiene un ratón
excepto un jugador que hace de
gato. El gato tiene un vaso de plástico (o cuero) y un dado.
Los
ratones tienen que estar arriba de la mesa, en el centro, a una
distancia de aproximadamente 5-10 cm entre ellos y son sujetos por los
jugadores mediante las cuerditas con las manos que convenientemente no
estén sobre la mesa. Es conveniente proteger la mesa con un mantel si
ésta tiene un lustre delicado.
El gato tira el dado con el vaso,
si sale el 1 o el 6 puede atrapar con el vaso un ratón mientras los
demás huyen. El jugador al cual se le atrapó el ratón pasa a ser el gato
y el que era gato pasa a ser ratón.
Según se convenga
previamente, si un ratón huye sin que salga un 6 o un 1 pasa a ser gato o
queda fuera del juego. El jugador al que le atrapan tres veces el ratón
queda fuera del juego. Gana el último que tiene un ratón.